Entrevista realizada por la alumna de 1º de Bachillerato del Instituto Olivar Gran de Figueres, Maria Mallol para su TdR sobre Bicicletas sin Fronteras.
"4.496 km nos separan, pero su sonrisa, simpleza y simpatía traspasan cualquier pantalla. Y es que, pese a haberle conocido virtualmente, puedo decir que esa llamada me transmitió toda la fuerza y la humanidad del proyecto Bicicletas para la Educación".
Maria: ¿Por qué te uniste a este proyecto?
Buba: Diversas razones, aparte de la oportunidad de trabajo. Una de ellas es que, cuando aún era estudiante aquí en Senegal, también recibí una bicicleta de un proyecto francés similar a Bicicletas sin Fronteras.
Después del instituto fui a estudiar a Alemania y luego estuve en España, donde conocí el proyecto que enseguida me interesó.
En definitiva quería devolver la oportunidad que recibí.
M: ¿Cómo ayuda este proyecto a mejorar la vida de los alumnos participantes?
B: La ONG sigue el proyecto de principio a fin. Gracias a este seguimiento podemos ver que el trayecto que antes tenían que hacer a pie, en bici es mucho más corto. Esto les ayuda a llegar a tiempo y, al volver a casa, tienen tiempo para estudiar, hacer los deberes, etc.
M: ¿Cómo se producen las baobikes?
B: Las baobikes surgen de la colaboración con Moma Bikes y Tannus. Una vez fabricadas en Turquía, las traemos a Senegal y los colegios las reparten entre los alumnos que participan.
M: Colaboráis con muchas empresas comprometidas ¿Cómo os ayudan? ¿Con donaciones económicas cómo los particulares? ¿Con otros artículos o accesorios para las bicis?
B: Los primeros años del proyecto, la ONG funcionaba a partir de donaciones de bicis, ya bien con imperfectos o que ya no servían a sus dueños.
A partir del momento en que recibimos grandes donaciones económicas y empresas colaboradoras, pudimos diseñar y producir nuestra propia bicicleta, la baobike. Así que lo que necesitamos es dinero para producir las baobikes.
M: ¿Ha aumentado la participación de los alumnos con los años?
B: ¡Sí, claro! Al principio pedíamos 10.000 francos CFA anuales por una bici (15,24 €), pero vimos que era demasiado caro, ya que había muchas familias que no se lo podían permitir. Entonces lo cambiamos a 5.000 francos CFA anuales por alumno (7,62 €). Este importe pertenece completamente a los institutos, que gestionan todo el proceso.
M: ¿Cómo os preparáis para empezar a trabajar en un nuevo pueblo?
B: Antes de la implantación del proyecto en un instituto, la ONG se ocupa de construir el parking y el taller de reparación en el mismo centro y paga todos los costos. Después, la administración del instituto se encarga de encontrar y contratar un mecánico. Estas tres cosas son esenciales para la implantación del proyecto en un sitio nuevo.
M: ¿Qué puede hacer un alumno español para ayudar a un alumno senegalés?
B: Dar a conocer el proyecto. Sobre todo con las redes sociales, podemos llegar a todo el mundo. Nosotros necesitamos donaciones así que también se podría organizar una recolecta… Cualquier pequeño gesto cuenta.
M: ¿Estás satisfecho de vuestro trabajo hasta el momento? ¿Cuáles son los nuevos objetivos?
B: Nosotros estamos contentos con nuestro trabajo y los resultados obtenidos. Pero nuestro objetivo es llegar a todos los alumnos de Senegal. Justo ahora hemos empezado a colaborar con el ministerio de educación nacional de Senegal, así que somos muy optimistas y esperamos poder cumplirlo en unos años.
¡Gracias Maria y Buba por tejer puentes y acercar miradas!
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